El planeta se enfrenta a una gran amenaza. Coincidiendo con la peor sequía que se ha vivido, un grupo de malhechores está terminando con todas las reservas de agua que quedan en la Tierra. Los mejores agentes secretos del mundo se reúnen urgentemente, pero ni siquiera cuentan con una pista. Para acabar de empeorar las cosas, el malvado Botijola planea atentar contra esa reunión. Su intención no es otra que convertir la bebida que lleva su nombre en el sustituto del agua. Para ello, intentará también secuestrar al alocado profesor Bacterio y conseguir que trabaje para él. Sin embargo, hay dos cosas con las que Botijola no contaba. Por un lado, Bacterio, antes de ser secuestrado, escondió las piezas de su invento en distintos momentos históricos, utilizando la máquina del tiempo. Por otro lado, hay dos de los agentes internacionales que no han acudido a la reunión saboteada, dos agentes que van a convertirse en la única esperanza del mundo: Mortadelo y Filemón.
Irregular. Siempre intentamos definir, al inicio de nuestras reseñas, la obra a tratar en una sola palabra. En este caso, la elección está muy clara: irregular. Y es una lástima, porque con un poco de mejor hacer, podríamos haber elegido otro calificativo mejor.
En esta ocasión se pueden apreciar cambios sustanciales con respecto a la primera entrega. Algunos muy buenos, y otros... pues no tanto. Lo más importante a la hora de adaptar un tebeo como viene siendo el que protagonizan tan dispares agentes secretos es la estetica. Cosa, que en lineas generales ha respetado el gran trabajo que se hizo con la primera entrega. Bien es cierto que esta serie sigue el ejemplo de sagas como Asterix que optan por no ser tan fieles a la obra en la que se basan, convirtiendose en una suerte de caricatura de la misma. Hay que reconocer, que una vez superado el impacto inicial que supone, se trata de un planteamiento acertado.
El problema no radica en la estética, ni muchisimo menos en los actores (un magnifico Pepe Viyuela y un decente Edu Soto, aunque servidor sigue prefiriendo a Benito Pocino). El fallo radica en un guión, como ya hemos dicho, muy irregular. No tiene un termino medio, como le ocurría a su predecesora. Lo que está bien, está MUY bien. Y el resto... catastrofico. A lo largo de su hora y media aproximada de duración podemos encontrar gags magníficos, y lo que es mejor, totalmente fieles a la obra de Ibañez. Sin embargo, estas pequeñas perlas no salvan a una pelicula muy mediocre. El tono general es muy aburrido. Muy, muy, muy aburrido. Una lastima, porque como ya hemos comentado, se apreciaban muy buenas ideas. Y en general todos los aspectos del filme se han cuidado bastante. Quizás la perfección se halle en saber explotar los aciertos de cada una de las dos peliculas.
Por desgracia, de tener que elegir, sin duda el publico preferirá la primera entrega, que sin ser genial, al menos resultaba mucho más entretenida. Aunque bueno, se trata de un tipo de cine diferente al habitual en nuestro país, por lo que debe ser apoyado para que próximamente podamos disfrutar de más y mejores peliculas que no se engloben dentro de la comedia o el drama.
En definitiva, una pelicula bastante floja, que se salva de una quema total gracias a una serie de conceptos e ideas de calidad diseminados por la pelicula de una forma: Irregular. Eso si, salen muy chamuscados, esperemos que en la próxima no ardan hasta los cimientos.
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