El Orfanato

Una mujer regresa junto a su familia al orfanato donde se crió en el norte de España, con el sueño de abrir una residencia para niños discapacitados. Al poco tiempo, su hijo comenzará a dejarse llevar por fantasías cada vez mas intensas e inquietantes para su madre, quien piensa que algo amenaza a su familia. La supuesta presencia de fenómenos extraños le hará buscar ayuda en parapsicólogos.

Pastiche. Es la palabra que mejor define esta pelicula de ¿terror? Se trata de una mezcla de infinidad de cosas que ya hemos visto en anteriores peliculas de terror. Y no bien mezcladas precisamente.

Desde el principio El Orfanato aburre. La historia avanza muy lentamente; tanto que uno se empieza a plantear que puede que el motivo sea que no hay nada que contar. Un niño con amigos imaginarios. Una desaparición. Una madre que hará lo que haga falta para recuperarlo. Una medium que le da las claves. No, no estamos hablando de Poltergeist. Aunque aquel que se haya equivocado queda perdonado, motivos de sobra tiene para ello. Tras una larga, larguísima introducción tiene lugar una de las dos únicas escenas interesantes (la aparición del niño del saco, y hasta aqui puedo leer...) para, que los espectadores empecemos a darnos cuenta de que hay otra cosa que chirría. Belén Rueda.

En un filme en el que todo el peso de la historia recae en manos de la madre, el director J. A. Bayona ha optado por dar semejante resposabilidad a una actriz como Belén Rueda. Mediocre. Y no me refiero a la acriz, que lleva una carrera bastante prometedora (servidor no acaba de entenderlo, pero así son las cosas), hablo unica y exclusivamente de su interpretación en este caso concreto. Muy, muy mediocre. Escenas que se supone que han de ser autenticamente terrorificas se convierten en meras pantomimas de la actriz gritando de un lado para otro. Gran culpa de una banda sonora que aniquila cualquier tensión de la escena.

Exenta de ritmo, aburrida, con unas interpretaciones muy flojas, sin tensión, con personajes secundarios que van y vienen sin justficar su presencia... ¿nada positivo en la representante española a los Oscars de este año? Una única cosa, la explicación de la desaparición (y hasta aqui puedo leer...) una idea magnifican que, pese a lo justito de la pelicula podría dejarnos con un muy buen sabor de boca al salir del cine. Sin embargo, al alargar el final, intentado quedar bien con el expectador; el filme nos recuerda que no todo ha sido ese momento de gloria. La pelicula es mala y una escena no lo va a cambiar.

Uno se pregunta por qué ha sido esta y no otra la elegida para representar a nuestro país en los Oscars. Quizás el motivo sea que no había otra cosa mejor, es posible. Sin embargo, desde aqui nos aventuramos a afirmar que ha sido el caramelo de consolación que otorga la Academia a Guillermo del Toro (productor de la cinta) tras la bajada de pantalones ante Almodovar en los últimos Goyas. Nombre (el de Del Toro) que inexplicablemente aparece más ligado a la producción que el del propio director.

En definitiva, una pelicula aburrida que no se merece llegar a donde va a llegar. Siempre es positivo ver este tipo de producciónes en el mercado español, que parece que al fin se va dando cuenta de qué va esto. Por desgracia le pasa lo mismo que a Alatriste: las cosas, para hacerlas mal, mejor no hacerlas.