La historia del juego nos mete en la piel del joven Ethan Kairos, un estudiante de secundaria normal y corriente que lleva una existencia normal y corriente: va al instituto, vive con sus padres, tiene un gato... Pero ya al inicio vemos que algunas cosas a nuestro alrededor no funcionan del todo bien: el hermano del padre de Ethan siempre viene malhumorado a casa en busca de dinero por causas que desconocemos; y, por otra parte, algunas cosas acerca del comportamiento de nuestros padres no las acabamos de entender.
Pero todo a nuestro alrededor cambia súbitamente el día de nuestro decimoséptimo aniversario. Y que conste que nuestro padre ya nos lo había avisado el día antes... Nos despertaremos después de sufrir una serie de repentinos flashbacks, en los cuales nuevos recuerdos inundarán nuestra mente a fogonazo limpio. Al despertarnos, veremos que nuestros padres han desaparecido (por lo visto, desaparecieron hace doce años sin dejar rastro) y que nuestro tío se ha responsabilizado de nuestra manutención y cuidado.
Sorprendidos, descubriremos también un extraño bolígrafo con el que podremos dibujar agujeros que nos pondrán en contacto con otro momento del pasado, siempre dentro de la misma localización en la que nos encontremos. A partir de estos preceptos, se desarrollará una historia intrincada y dramática, repleta de elementos de misterio y thriller que nos llevará a embarcarnos en la búsqueda de nuestros padres perdidos. Eso sí, teniendo en cuenta que cada vez que llevemos a cabo un cambio en el pasado, las consecuencias en el presente que vivimos pueden ser imprevisibles.
Nintendo DS no solo se encuentra entre las consolas más vendidas del último año, sino que además, se trata de una máquina que ha revolucionado la forma de jugar en las consolas portátiles. Si uno se fija atentamente a su catalogo de juegos, se dará cuenta de que salvo excepciones, la mayoría se puede repartir entre dos grupos: juegos dedicados a personas que de otra forma no habrían cogido una consola en su vida (juegos tipo Brain Training) o, seguramente por su factura nipona juegos pensados para otakus.
Atención, el echo de que hayamos denominado de esta forma al segundo grupo no atiende a otra cuestión que el marcado estilo manga de estos juegos. Y es que en el caso de este Time Hollow uno no solo tiene la sensación de estar jugando a un ánime; es que se trata de un ánime multimedia. Desde el principio contamos con secuencias (incluyendo un opening, como en las series de este tipo) de video que nos ayudan a seguir la trama, incluso las ilustraciones que representan a personajes y situaciónes parecen sacadas del ultimo manga de moda. Esto podrá echar para atrás a aquellos que renieguen del comic japones y será un claro punto a favor para aquellos que lo idolatran sin excusas.
Independientemente de encontrarnos en un grupo u otro, el argumento del juego es firme y se encuentra bien estructurado. Podemos apreciar algunos elementos que ya resultan tópicos en este tipo de aventuras (sean de animación o en forma de juegos) como el hecho de que el protagonista sea un adolescente que recibe en herencia un objeto místico con forma de utensilio cotidiano (si en lugar de un boli hubiera recibido un movil, una varita o un pincel, tampoco nos hubieramos sorprendido; cuanto daño ha hecho Sailor Moon...). Sin embargo, si pasamos por alto este echo, tampoco tan terrible, podremos disfrutar de una historia que conforme avanza va ganando complejidad. Al principio nuestros objetivos serán autenticas chorradas si las comparamos con lo que está por venir. Al ir avanzando el argumento las situaciones se van enredando de tal manera que a momentos antes del final, uno puede llegar a no entender muy bien donde y porqué pasan las cosas. Esto es algo muy frecuente en historias basadas en viajes temporales. Las inevitables paradojas también hacen presencia en este juego. Pese a algunos momentos de confusión, la historia queda, en sus líneas más importantes, clara en todo momento.
Han quedado claras las virtudes del argumento y las ventajas/desventajas de su estilo manga. ¿Que podemos decir de su jugabilidad? Conforme vayamos cambiando el pasado, nuestro protagonista verá nuevas imagenes que le indicarán por donde continuar. La totalidad de los puzzles a resolver tienen lógica, cosa que se agradece en aventuras gráficas como estas ya que uno no se queda atascado con facilidad. Lo que si puede llegar a ser un poco molesto es que en ocasiones, antes de resolver cada situación, tengamos que llevar al personaje por todas y cada una de las localizaciones disponibles. Eso si, la información que encontremos siempre nos será últil y el propio personaje hará sus propias deducciones ayudando de esta manera al jugador de una forma muy sutil. El momento clave son los portales temporales, que se abren dibujando circulos sobre la pantalla (de ahí la excusa de que el prota lleve un boli) y sacando o dejando objetos en el pasado para cambiar la historia. El número de usos del lapiz son limitados y hay que pensar bien en que parte de la imagen abrir el portal y que hacer una vez abierto.
En definitiva, un juego entretenido (más por su historia que por su mecanica) que hará las delicias de los amantes de la animación japonesa o de las aventuras gráficas de "apuntar y hacer click". Para todos los demás, no pasará de ser un simple divertimento más. De todas formas, merece la pena.
¿POR DONDE EMPIEZO?
sábado, febrero 21, 2009
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1 comentario:
Lo pase en un par de días, el juego en sí me gustó bastante pero no como juego sino por el argumento que aunque caiga en tópicos es bastante bueno.
En cuanto a jugabilidad deja mucho que desear porque la iteración se basa en ir de un lado a otro y abrir un portal de vez en cuando. Lo que acaba convirtiendo el juego en una aventura guiada. Con un poco de más iteración con la ds, como es el caso de las últimas entregas de phoenix, habría ganado bastantes puntos.
Otra cosilla que no has comentado es la dificultad que roza el suelo. Casi todo se hace sin pensar más de 10 segundos. Y hace que el juego se pase demasiado rápido y sin complicaciones.
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