Warren Worthinton III. Joven, inteligente, guapo y rico. Todas las chicas sueñan con salir con él. Todos los chicos sueñan con ser como él. Solo hay un problema... Warren está cambiando.
La historia del Ángel antes de formar parte de la Patrulla-X en un volúmen único firmado por Roberto Aguirre-Sacasa y Adam Pollina.
El Ángel. He de reconocer que nunca ha sido de mis personajes favoritos de la Patrulla-X. Es decir, Superman vuela y no necesita dos alas del tamaño de sendas tablas de planchar para ello. Que narices, Tormenta vuela sin alas. ¿Por qué dedicarle una miniserie al personaje entonces? ¿No hemos tenido suficientes "Origenes", "Años Perdidos", "Años Unos", "Primeras Clases" o "Classics" relacionados con los X-Men? ¿Que podría contarnos el guionista de aquellos años explotados hasta la saciedad en innumerables tebeos?
He de reconocer que todavía se podía contar al menos una historia más. Justamente la que Aguirre-Sacasa se saca de la manga de una forma un tanto interesante. De hecho, si en algún hipotético futuro alternativo se optara por hacer una película sobre los origenes del personaje, este debería ser un argumento muy a tener en cuenta, ya que nos encontramos con una historia que no es de superhéroes. Aunque los guiños a la formación mutante están (y muy bien situados por cierto) presentes, nos encontramos con un argumento que perfectamente podría pasar por una película de universitarios en la que uno de sus protagonistas descubre que está cambiando. Se me vienen a la mente las dos películas de La Mosca pero con bastantes menos babas. Y es que son muy pocas las ocasiones en las que recordamos que para contar buenas historias de superhéroes no son necesarias las mallas chillonas ni arrasar con media ciudad. A veces basta con introducir un don, una característica especial dentro de un entorno determinado y dejar que todo fluya. Es aqui donde radica el principal punto fuerte de la historia. El origen del Ángel no es un Arma X llena de acción, muerte y frases ingeniosas. Es tan natural como la vida misma (si estando en el instituto te crecieran alas, claro está).
Harina de otro costal es el apartado gráfico. De entrada nos encontramos con un estilo de dibujo muy peculiar, con personajes estilizados en exceso (llegando incluso a verse deformados, en algunos momentos sus cuerpos casi se comportan como si de Mr. Fantásticos adolescentes se trataran), la primera sensación es de rechazo. Después pasaremos el segundo tercio del libro pensando "en esta viñeta el dibujo queda muy bien, en esta otra queda muy mal". Para cuando lleguemos al final, nos habremos dado cuenta de que si, el dibujo en algunos momentos te saca completamente de la historia. Pero es cierto que la verdad es que le pega bastante. Recordemos que un dibujo feo, no es sinónimo de malo. La polémica está servida. El caso es que apartando los gustos, la narración gráfica es correcta en todo momento y no se producen confusiones de ningún tipo.
La edición, correcta. El formato es el habitual de Panini para sus miniseries (llamado 100% Marvel) en el que se nos recopila la miniserie de cinco números en un tomo en tapa blanda con solapas. La impresión es correcta y no se aprecian erratas ni los molestos (y más habituales de lo que deberían) "bocadillos cambiados" en los que los maquetadores cruzan los diálogos de los personajes por error. Dos galerías de portadas, unas pequeñas en la solapa delantera y otras a pagina completa al final de la historia y el carácterístico marcapáginas recortable de la solapa trasera son los extras (ya totalmente estándares en esta edición) que podemos encontrar. Ni bien, ni mal. Los obligatorios.
En definitiva, una historia que sorprende, especialmente a aquellos que no supieran muy bien qué esperar del libro. Los que sean capaces de tolerar su peculiar dibujo disfrutarán de un rato entretenido.
¿POR DONDE EMPIEZO?
viernes, abril 03, 2009
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